Preguntas Más Frecuentes

Esta pregunta surge todo el tiempo en mis sesiones. El alma sabe cuándo es el momento de volver a casa. No siempre se está claro a lo que llamamos nuestra mente consciente, pero, debido a que el alma sabe, las personas que se están preparando para la transición dirán y harán cosas que estarán fuera de lo común. Los vivos recuerdan distintas cosas que hicieron o dijeron y que pueden identificarse en esos tiempos como Claves.

La regla general es que los niños y los ancianos lo reconocen antes. Ellos parecen mejorar físicamente y si están enfermos ocurre que pueden entrar en remisión de la enfermedad que padecen unos días antes de morir. Un estado de coma pacífico – y con esto quiero decir, no hay movimientos nerviosos, o aparente agitación – es otra señal. Puesto que el alma sabe que va a pasar a la vida póstuma, una forma de prepararse para esto es que la persona entra en un estado de coma tranquila antes de la transición. Una vez más, esto no implica que toda persona que entra en coma fallecerá. Obviamente, no lo hacen. Las personas que han fallecido me han dicho, sin embargo, que una de las razones por las que entraron en coma se debió a que deseaban ayudar a sus seres queridos a prepararse para la transición que se aproximaba.

La muerte no ofrece ninguna escapatoria. La dura verdad, uno no puede o debe suicidarse. Tu esencia, Tu estado de ánimo y la conciencia quedan contigo, con pleno conocimiento de el por qué te quitaste la vida en el primer lugar. El suicidio no va a resolver ninguno de los problemas, sólo se elimina el cuerpo como un lugar o medio en el que se resuelven las cosas. Y el concepto de reducir el lapso de la propia vida “antes de que el tiempo sea asignado” es muy real. Hay un plan.

Me he comunicado con muchas personas que han fallecido que conscientemente se quitaron la vida, llevando el sentimiento de que el otro mundo tenía que ser más sencillo. En el momento en que ya no podían soportar más sufrimiento mental o físico. Ellos querían ser librados del dolor y estaban dispuestos a aceptar cualquier consecuencia, incluyendo la no existencia o la condenación eterna para lograr sus objetivos. Sin embargo, la vida se ve alterada, puede haber mucho dolor, tanto mental como físico, y luego la confusión espiritual para el alma del que pone fin a su vida antes de tiempo. Es especialmente cierto si el alma siente que la muerte es el final. Sin embargo, todas las almas todavía experimentan su propio proceso de transición y aprendizaje. Le recomiendo a la gente hacer todo lo necesario y todo lo posible para mantenerse “vivo” y seguir el camino que han elegido. Al igual que con todo lo que deciden conscientemente, debemos tomar responsabilidad por nuestras acciones. Por esa sola razón, tenemos que tomar nuestras decisiones con cuidado y tan conscientemente como sea posible.

Sí. La mayoría de los contactos con las personas que han fallecido pasa a través de los sueños. ¿Por qué? Dado a que la información del mundo del espíritu o la vida póstuma, llega a través de nuestro cerebro derecho. Para que esto suceda fácilmente, la parte analítica (izquierda) tiene que abstenerse o ser empujada hacia el fondo. La mente se la compara con un radio. Al ajustar nuestras antenas encontramos la estación que buscamos y escuchamos los mensajes más claramente. Las personas fallecidas tienen que venir a través de nuestra mente de una manera en que no haya interferencia intelectual o de ningún otro tipo y esto sucede simplemente más fácil cuando estamos durmiendo. El único truco es, de recordar y ser capaz de interpretar el tipo de sueño que tuvimos. Déjenme hacer una aclaratoria, esto no significa que cada vez que ustedes tengan sueños con un pariente que ha fallecido este nos está contactando. No lo son. Simplemente, el contacto por medio de sueños es el que ocurre más frecuente.

No se preocupe. ¡Tienen máquinas de respuesta de alta tecnología en esa dimensión! Y sí, nos escuchan. En particular, se benefician de nuestras oraciones y pensamientos de amor. Recuerde que el contacto es tan importante para ellos como para nosotros. Sólo que nosotros necesitamos más evidencia en el plano terrenal. Yo entiendo esto. Tiene mucho que ver con vivir en un cuerpo físico y que se necesita que la conexión sea al igual física. Otra nota, a menudo cuando la persona fallecida está cerca de nosotros, si nos ponemos emocionales ellos se echan para atrás. Ellos no quieren molestarnos, sólo hacernos saber que están alrededor.

Esta pregunta me la hacen constantemente. Suscita profundos conflictos y los sentimientos de aquellos que tienen fuertes creencias religiosas o convicciones de que el comunicarse con los muertos es un pecado y es por lo tanto, prohibido por Dios. Yo personalmente entiendo el conflicto para los que han sido informados por su sacerdote, rabino o un ministro que intentar comunicarse con seres queridos que han muerto está prohibido por Dios. Sin embargo, para sentir y ver consuelo y paz en las personas que saben que sin lugar a dudas sus seres queridos no murieron, me lleva a otro pensamiento. Sería un Dios muy cruel el que conecte y reúna a las familias, esposas, amantes y amigos a través del amor y pueda negarles la conexión después de que estén separados por la muerte física. ¿El no volver a sentir que pueden o son capaces de compartir ese vínculo especial de amor que veneran? yo no lo creo. Honestamente hablando, yo pienso que no es esto lo que Dios desea. Así mismo, creo que es esencialmente la bendición de Dios la que nos permite que podamos hacer la conexión / comunicación posible. Hay almas demasiado buenas que viven según las leyes de Dios que han compartido y quieren compartir estas conexiones maravillosas. Todas las relaciones siguen su curso, y con frecuencia son estas conexiones continuas que nos permiten crecer y aprender de la manera más significativa que hay; el amor. No se puede hacer que alguien con vida o muerte haga lo que no desea. Por esta razón se nos ha concedido el libre albedrío. Contrario a lo que muchos creen, las personas que han fallecido se benefician de la conexión con aquellos que aman y todavía viven. Es esta conexión mutua la que permite a que todos sanemos, llevemos nuestro duelo, y sigamos adelante en nuestro propio tiempo. Esto no significa de ninguna manera que no debemos seguir adelante y dejar que nuestro ser querido siga adelante. Deberíamos, pero a veces todos necesitamos un poco de ayuda de nuestros amigos que están arriba.

Pasando el rato en el mismo lugar que los seres humanos. Más de una persona fallecida se ha revelado cargando en sus brazos a sus queridas mascotas. Una mejor pregunta sería, ¿El destino de los animales, es igual al de los seres humanos? Sí y no.

Los animales son parte de un grupo de almas. Precisamente, nosotros nos mantenemos en forma humana y ellos se mantienen dentro del reino animal al que pertenecen. Sin embargo, tengo entendido que si un animal llega a ser domesticado, el estará con los miembros de la familia con quien vivió o estaba conectado. Animales, honestamente, no son mi área de experiencia, pero se presentan constantemente en la conexión con los seres humanos que amaban.

Algo de esto fue contestado en la pregunta “¿qué pasa cuando morimos?”. Sin embargo, la respuesta es no. No hay dolor físico sin un cuerpo. Es como recordar algo que nos sucedió en el pasado. Te acuerdas de la experiencia, pero no se siente el dolor. Sin embargo y que conste, nuestra conciencia existe con o sin cuerpo y no nos convertimos en perfectos seres al morir. Tus pensamientos, buenos o malos viajan contigo.

No es tanto el caso de adonde “vamos” como es el estado de conciencia al que ascendemos. Esencialmente la dimensión física no está en paralelo con el universo físico. No hay ningún “aquí/ahí fuera”. Estas diferencias aparentes son solo nuestras percepciones. En realidad, estamos todos conectados. (Lo siento AT&T).  El tiempo-espacio-continuo podría estar mejor explicado por la física y, de hecho, hay algunas definiciones bastante alucinantes pero aceptadas de realidades contiguas. Pero según tengo entendido, tenemos dos lugares que compartimos con Dios, uno donde llevamos ropa (nuestros cuerpos) y el otro (cuando nos convertimos en una persona muerta) donde nos desprendemos de ellas. Una vez  que nos despojamos de nuestros cuerpos hay una frecuencia o vibración distinta, un nivel de energía diferente. Este concepto puede compararse a la velocidad del sonido o la luz. Vibraciones o tonos que producen ondas de sonido diferentes. Cuan mayor o más alto sea el tono o el sonido de onda, menos puede ser escuchado por el ser humano, o al menos por orejas de humanos aunque sabemos que hay animales (como los delfines, por ejemplo) pueden oír tonos de altas frecuencias.

El resultado de que nuestras vibraciones sean más bajas o que las frecuencias no estén finamente entonadas se debe a que nuestros cuerpos están hechos de materiales densos (materia).

Por lo tanto, cuando nos despojamos de nuestros cuerpos estamos en un estado alterado de conciencia, (como en la oración o la meditación) entre más alto sea el estado, más finamente será sintonizada la vibración, la frecuencia o el nivel de energía. Esta es la frecuencia en que el espíritu de la persona que murió, está sintonizado y para que la comunicación entre ellos y nosotros sea posible, necesitamos afinar nuestras antenas. (Nota, a la hora de la comunicación, La persona difunta está consciente de que ya su cuerpo físico ha muerto)

Los mensajes se reciben muy rápido, incluso en nuestros estados de sueño. Razón por la cual no estamos conscientes o no nos damos cuenta de que la información se transmite de nuestro yo superior o, en este caso, del espíritu de la persona que falleció. Podemos entrenarnos nosotros mismos para poder obtener la capacidad de manejar este nivel de de antenas y enriquecer nuestra sensibilidad hacia lo que está sucediendo. Para muchos de nosotros esto toma tiempo y mucha practica. Pero podríamos empezar por oír nuestros sueños que es en la forma en que la mayoría de los contactos ocurren. ¿Por qué?  Porque mientras soñamos estamos a nivel de conciencia y por lo tanto, la receptividad a una frecuencia es más elevada.

Para que podamos entender un poco sobre el proceso de la muerte, primero hay que creer, – o al menos ser capases de suspender la incredulidad – que somos más que un cuerpo, que podemos existir con o sin él. No importa si se define esto como tu espíritu, tu alma, o simplemente “Tú” que continuas. Los Físicos saben que la energía no muere, que sólo cambia de forma.”Polvo al polvo” que puede ser extendido a “de espíritu a espíritu.”

Esto es lo que sucede: el cuerpo muere, y tú sigues adelante. Punto. Convencido de que seguirás, incluso sin saber a dónde vas, te ayudará a aceptar y comprender el proceso de la muerte. Más de una persona muerta ha expuesto lo que les ha sucedido durante su proceso de muerte, aunque no parece tener la misma importancia para ellos como para sus seres queridos que todavía siguen viviendo en el plano terrenal. Los familiares de personas fallecidas parecen tener la necesidad de saber si los muertos están bien y lo que les sucedió en el momento de su muerte. Por ejemplo, ¿Están ellos en el dolor o traumatizados si murieron a causa de un evento trágico?

Las personas que han fallecido han compartido lo que ocurre durante la muerte y lo que fueron los dos factores mayores que influyeron en sus transiciones. El primer factor fue la circunstancia en que murieron. Enfermedad, accidente o causas naturales tuvieron efectos de forma individual específica sobre lo que les sucedió inmediatamente al momento de morir. El segundo factor y el más importante fue el siguiente: sus creencias, la fe, los procesos de pensamiento, y el estado de vitamina D o lo que yo llamo el estado de conciencia antes de (como en lo que creemos) y en el momento de la muerte. Si estamos en un estado de emoción extrema, es decir, el temor de un accidente, o el trauma sufrido debido a una enfermedad a largo plazo, no habrá dolor físico, solo tendrán un posible recuerdo de lo que sucedió.

Aquellos que creen en algún tipo de vida después de la muerte, o en la existencia de Dios cualquiera que sea su definición, las transiciones se moverán más rápidamente, como si estuvieran en un estado de sueño, hacia una luz blanca o la presencia de un ser querido que ya está en el mundo espiritual. Incluso si la forma en que murió fue traumática la transición será guiada y estará llena de amor. Permítanme sin embargo, aclarar algunas cosas. Nuestra conciencia existe con o sin un cuerpo. Por lo tanto, alguien que ha tomado otra vida (como en el asesinato) en un arranque de ira, tendrá una transición muy diferente a uno que ha estado rodeado de amor. Además, el esperar de la nada, o el temor a ese nada, el miedo a lo desconocido, o el miedo al castigo, lo que te aterra, puede mantenerte en un estado de semi-conciencia hasta que estés listo para moverte hacia la luz o Dios. Nuestros sistemas de creencias son muy poderosos. Se necesita una circunstancia dramática o devastadora para cambiar las opiniones o las propias creencias acerca de cualquier cosa en la mayoría de las personas, pero en lo que respecta a la muerte, se necesita una erupción volcánica. O su propia muerte.

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